Pues bien a dos días de las nuevas elecciones presidenciales, muchos se ha dicho a estas alturas, sin embargo pese a los claros bandos de poder que gobiernan nuestro país, y de las posturas remarcadas del votante, me quiero quedar con el pensamiento que emana del joven común; este joven carente de cultura cívica que en su cotidianidad no existe el término participación, el joven que dice : “y pa` que me voy a inscribir si la weá no va a cambiar”…
He hablado con muchos amigos respecto a las elecciones; jóvenes igualmente pero que tienen una voz, que se apoyan en un pensamiento y que en algunos casos los ampara un partido y una manera de pensar, pues bien tengo una teoría frente a eso: hay dos tipos de jóvenes; los que ven como pasa la historia frente a sus narices y no hacen nada por participar y menos por cambiarla, y el joven que desde pequeño ha tenido iniciativa, algo que decir, y una postura critica frente al acontecer. Es bastante triste ver que algunas personas “han sacado las garras de su personalidad” pero por medio de las famosas redes sociales; que los cobijan que les dan un plus que antes no tenían.
Nuestros padres y abuelos fueron victimas de una historia cruda, una dictadura y un despertar frío y sombrío que duró años, a ellos se les pisoteo, se les pasó a llevar en todos los sentidos, yo me pregunto… ¿por que si ahora tenemos tantas facilidades no se hace lo que se tiene que hacer?, ¿estamos frente a una generación de parásitos que no advierten lo que acontece a sus espaldas?, son cuestionamientos crudos pero un remesón de estas características no es del todo eficaz.
Respecto de los dos polos que podrían gobernarnos; por un lado la hedionda derecha con hedor a momia, que se hace llamar “popular” con un líder que deja bastante que desear y por otro lado la alicaída concertación ya confusa y triste, con un cartel de corrupción del porte de las mismas gigantografías que colocan en nuestras calles, pienso que a estas alturas el joven si está confundido, claro, si tiene dos panoramas deleznables, sin embargo, no es suficiente esa escusa para no ser participe de una voz. En este panorama que deja bastante que desear, sólo me queda pensar que la gente que vota por el menos malo, solo pierde su tiempo, frente a los acontecimientos de años de democracia o como lo denomino yo “dictablanda” es necesario un remesón, así talvez el joven perdido en esta nebulosa tenga claro el escenario que nos atañe, respecto a esto solo me queda un único consejo: sea cual sea el resultado, siempre hay que tener una postura crítica frente a lo que ocurre.
Por Felipe Arcos