Emprendiendo mi camino me di cuenta que a mi lado iban quedando muchas historias y momentos de todo tipo; amargos, ácidos, frescos y agradables, sin embargo, cada una de esas etapas hizo y formó en mi la persona que ahora escribe estos pensamientos.
Para bien o para mal fui forjando en mi un carácter y un pensamiento que me hacía sentir mejor y más libre. De a poco, me fui conectando con la tierra y fui sintiendo sonidos limpios a mí alrededor, la sinfonía de la música le daba un tinte dinámico a mi vida y pasó a ser mi compañera inseparable.
En pocos instantes esa persona que en un momento yacía en el suelo, se volvió a levantar cual fénix de sus cenizas y empezó a caminar al compás del viento, Renovó su mirada para poder plasmar las cosas que le hacían sentir bien o quizá para dar una critica honesta y constructiva a algo que encontraba malo o indiscutiblemente inútil.
Trabajó codo a codo con muchos alquimistas en todas las vertientes posibles y modeló su mirada para dar pie a una creación pura y honesta.
Es así como pudo llenarse de vibra y volver a nacer junto a la compañía de impajaritables personas y situaciones. Ese alguien (yo), pude tener la virtud de entregar mucho, ya que me di a la tarea de recibir buenas enseñanzas, y gracias a toda la energía que se fue dando, pude seguir mi camino y avanzar de cuerpo y alma.
Todo iba bien para mi la vida me daba sus bendiciones y yo las tomaba y me abrazaba de ellas...
Ahora cuento con la compañía de una luz que me guía y me hace crecer día a día, avanzó con esa compañera a mi lado, y espero tener siempre la satisfacción de seguir aprendiendo y enseñando en un juego de ir y venir o dar y recibir. Con el único propósito de alimentar esa luz y darle más sabor y sentido a mis pasos.
Agradezco profundamente todos los bucles que presenta esta vida y doy gracias por darme ahora un proceso de satisfacción y bendición junto a mi compañera.
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